Gabriela Rangel: “El Malba es un museo en donde las mujeres toman las decisiones”
Caminar entre anónimos es algo que a Gabriela Rangel le gusta. Sumergirse…
Caminar entre anónimos es algo que a Gabriela Rangel le gusta. Sumergirse en una selva humana y de concreto que se llama Nueva York también. De hecho, para ella la capital del mundo es la ciudad de los anónimos, porque todos pueden pasar desapercibidos sin importar el grado de fama.
Gabriela no se siente famosa, es una mujer normal, usualmente va de negro, al menos así se muestra en las redes sociales y es parte de la imagen que el mundo del arte exige. Es curadora, pero su éxito más reciente es desempeñarse como la nueva directora de arte del Museo de Arte Latinoaméricano de Buenos Aires. La primera mujer a la cabeza de una institución privada que compite contra el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) y además, es venezolana.
Hoy va de rojo, flamante, enérgica y se prepara para una reunión, mientras tanto termina de ordenar asuntos en su casa ubicada en Brooklyn. Toma el metro para ir hasta su oficina todos los días y en ese trayecto emplea una hora, pero ella se siente encantada por ese ritmo cosmopolita.
Su relación con el mundo artístico se remonta a los 90, cuando empezó a trabajar dentro del Museo de Artes Visuales Alejandro Otero en Caracas. Y, rodeada de personas con amplio conocimiento en la materia, se empapó del arte contemporáneo venezolano y exploró más a fondo las concepciones artísticas latinoamericanas.
Para ese entonces Caracas era una ciudad modelo y con una gran movida cultural, con instituciones sólidas y eficientes que llamaban a culturizar, las cuales presentaban un propósito concreto más allá de ver cuadros en la pared y esculturas en pedestales.
Desde los 90 a la actualidad ha cambiado la manera de ser de los museos venezolanos, ya no se rigen por sus colecciones y mucho menos son especializados. “Todo está unido es decir, todo es igual. Ya por ahí cambió la práctica museal y había una meritocracia del personal que trabajaba en los museos”.
Sin embargo, antes de este cambio radical decidió emprender vuelo para continuar con su formación y eso la llevó a Estados Unidos a una maestría en curaduría en el BARD College. Luego trabajó en el Museo de Fine Arts de Houston y después estuvo 16 años a la cabeza de Americas Society.
Al ser la primera mujer en estar a cargo de una institución del calibre del Malba, la pregunta sobre la figura femenina en este mundo salta a relucir. Gabriela Rangel considera que el mundo está en una redefinición de los roles de género. No obstante, cree que este universo es más femenino, incluso proclive a la igualdad y a la comunidad LGBTQ+, mientras que el entorno laboral a nivel global es machista.
Llegar hasta donde hoy se encuentra no ha sido una tarea fácil, porque es complejo empezar una carrera en un país distinto, hablar otro idioma y entender nuevas maneras de ser por temas culturales, especialmente, porque se considera una exiliada y no una inmigrante.
Otro aspecto que a Gabriela le parece complejo es autodefinirse, lo describe como “laberíntico y una tarea narcisista producto del culto a las redes sociales, por lo que deja ese trabajo a otros”.
Cuando se habla del trabajo ella en seguida piensa en el disfrute y el placer que le ha producido su carrera, la cual la llevó al Malba, lugar que, desde hace más de un año buscaba a alguien que dirigiera el museo, para eso, una agencia de Head Hunters en Inglaterra inició una serie de entrevistas que no terminaba de convencer.
Por lo que, se decantaron en realizar una búsqueda más individual, en donde fue contactada. De ahí pasó por cinco entrevistas más. Considera que el análisis que hizo del arte latinoamericano y la elaboración de un programa tentativo para cuatro años, fue el gancho para entrar. “Creo que muchos no hicieron eso”.
En ese análisis al arte que más le gusta, asegura que en la actualidad se encuentra “fragmentado y no hay centros ni hay unidades. Es una arte muy disperso”. Pero, celebra que es un arte que se haya globalizado y con instituciones que han contribuido en su expansión, dejando de ser un mercado emergente y un “capítulo regional marginal”.
Esta fragmentación es un reflejo del mundo, a su juicio “todo está fragmentado y ya no hay unidades y los grandes multilaterales están en una gran discusión producto de la crisis”.
Recientemente El País de España publicó un artículo que apelaba a que, el arte latinoamericano solía ser un arte sumamente económico en el mundo de las subastas, pero para Gabriela Rangel la historia es distinta. Destaca que el MoMA compró hace poco una obra de la brasilera Tarsila de Amaral por la cifra de 20 millónes de dólares, la más elevada para un artista de ese país.
Sin embargo, ella no ve el arte como un negocio, pero considera que el arte latinoamericano está bien valorado. No sabría definir si este se encuentra ya en una cúspide o en camino de, pero sí tiene algo muy seguro. “Nosotros somos el objeto del deseo”, inmediatamente estalla en risas por su comentario en referencia a todo lo que engloba a lo latino, aunque para ella aún falta camino que recorrer.
Gabriela Rangel asumirá la dirección en septiembre y para esa época revelará su plan de acción, sin embargo da luces al hablar del Malba como un centro que apoya al feminismo y al lenguaje inclusivo “Ellos hablan de todxs”. Ella piensa que hay que trabajar en base a la fragmentación, hacer una exploración de la masculinidad y llegar al origen de los problemas de una estructura patriarcal mediante un exploración crítica.
No se siente un estandarte de la comunidad feminista, porque la mayor parte de las grandes decisiones dentro del museo la toman mujeres. “Es un museo matriarcal”.
El hecho de mudarse de Nueva York a Buenos Aires no le genera miedo, por el contrario la emociona porque puede retomar el español y extraña eso, además que considera la capital argentina como muy abierta al ser construida por inmigrantes que son inclusivos. Tampoco le teme a la crisis argentina con una inflación acumulada de 200% porque viene de un país en crisis y de un mundo sumido en problemas. Pero, esta crisis afecta al Malba, por un recorte de presupuestos, sin embargo no es algo grave.
El Malba posee un colección por encima de 600 obras entre los que destacan Tarsila de Amaral, Amelia Pelaez, Diego Rivera entre otros, que han servido como fundadoras de movimientos en el arte latino. Pero, quien la flechó fue Alejandro Xul Solar del que posee un dibujito que la mantiene en su hogar permanente conectada con este mundo.
Gabriela Rangel tiene estudios en comunicación social, derecho y cine y con su actual trabajo combina todo porque considera esto como multidisciplinario.
Su primer contacto con el arte lo tuvo a las ocho años cuando sus padres la llevaron al Museo de Bellas Artes de Caracas y conoció el Penetrable de Soto, la capacidad de materializar el color la dejó marcada. No obstante, en el 68 fue a ver una obra de Jacobo Borges, en donde hoy en día está Parque Central, llamada “La Jaula de King Kong”, que también influyó en su vida.
Aunque considera muy difícil definir el concepto de arte se refiere a él como un tipo de conocimiento que es diferente, pero que se conecta con la ciencia, el entretenimiento y los negocios, capaz de enseñar a ver las cosas de manera diferente.
Para cultivarse lee media hora todos los días sobre literatura, filosofía y arte. No tiene un libro sobre su mesa de noche. “Tengo libros en toda mi casa”. En 55 años Gabriela ha cambiado mucho, pero sigue con sus elegantes lentes de pasta y en sus ratos libres, luego de leer se ejercita y escucha música clásica. En el pasado fue una chica punk y aunque dice que ya no pertenece a esas tribus urbanas, se le escapa que escucha rock-punk y vuelve a reír descontrolada.
Su artista favorito es Goya y está feliz porque lleva años haciendo lo que le gusta, mientras que se siente muy a gusto cuando termina de imprimir un libro y ve que escribió algo decente. Ahora le toca seguir trabajando e ir preparando sus maletas para emprender un nuevo viaje que la dotará de experiencias, en un nuevo territorio, quizás más familiar por sus conexiones latinas, pero sin duda lleno de novedades y mucho arte.