Sumergidos en el color de Carlos Cruz-Diez
El maestro venezolano supo dejar en muchos de nosotros un entusiasmo especial…
El maestro venezolano supo dejar en muchos de nosotros un entusiasmo especial por la contemplación de su obra: arte que aprendió a hacerse cotidiano en su aplicación a instalaciones permanentes en algunas ciudades del mundo; propuesta singular que se hizo superficie, textura y atmósfera.
Color: un suceso generador
De la misma forma en la cual los ritos o mitos son capaces de conducirnos por diversas reflexiones y percepciones, para Carlos Cruz-Diez las cromosaturaciones eran también un acontecimiento primario.
La percepción de esta situación simple es capaz de despertar en nosotros el pensamiento y nuestra sensibilidad. Sumergidos en un ambiente artificial, dentro de una situación monocroma absoluta, es posible relacionarnos con el color desde una perspectiva física y material de una forma única.
Dar un salto a lo lumínico
A su paso por el mundo, Carlos Cruz-Diez no solo dejó un testimonio de su trabajo artístico en museos, colecciones públicas y privadas e instalaciones urbanas, también nos legó sus profundas investigaciones en torno al comportamiento del color.
Muchas de las propuestas artísticas de este maestro, nacido en Caracas en 1923, trascendieron en nuestra memoria por su capacidad de ser experimentadas desde la candidez de lo sorprendente. Él supo maravillarnos.
No solo es sumergirse en la percepción absoluta del comportamiento tangible del color en el espacio, es también dar un paso a un lado ante una de sus obras y ver cómo todo se transforma ante nuestros ojos.
Carlos Cruz-Diez: de lo efímero a lo permanente
En el año 1969 los transeúntes de París fueron sorprendidos por una de las cámaras de cromosaturación efímeras del maestro Carlos Cruz-Diez. No transcurrió demasiado tiempo para que algunas instituciones alrededor del mundo incorporaran a sus salas algunas propuestas similares del artista, adaptadas al espacio arquitectónico.
En la década de los setenta el artista caraqueño desarrolló tres cámaras de cromosaturación: la primera de ellas para la XXXV Bienal de Venecia, en 1970; la segunda como parte de la exposición 60/72. Douze ans d’art contemporain en France, celebrada en París en 1972; y el “Laberinto de Cromosaturación” que integró la muestra Cruz-Diez organizada en 1974 en Caracas.
Desde que Cruz-Diez ideó en el año 1965 su primera maqueta con la idea de intervenir un espacio público con uno de sus recintos cromosaturados hasta nuestros días, son muchas las personas que han podido zambullirse en el color.
Algunas de las cámaras de cromosaturación más recientes, fueron:
- La instalación incluida en la muestra Spatial Illumination – 9 Lights in 9 rooms, inaugurada a principios de diciembre del año 2015 en Daelim Museum / D Museum, Seúl, Corea del Sur.
- Una estructura en los espacios abiertos del Louisiana Museum of Modern Art, Humlebaek, Dinamarca, como parte de la exposición Eye Attack: Op Art and Kinetic Art 1950-1970, inaugurada en febrero del 2016.
- La cámara de saturación del Light Show, llevado a CorpArtes – Centro de las Artes 660 en Santiago de Chile a mediados del año 2016.
Un último adiós al maestro Cruz-Diez
Un grande ha trascendido. Seguiremos reviviendo la impronta de su huella en sus intervenciones del espacio urbano, al transitar algunas calles de París, Miami, Los Ángeles, Ciudad de México o Río de Janeiro.
Gracias, maestro, por compartir con cada uno de nosotros tu inquieta genialidad y por ese talento que te permitió plasmarla en un acto estético; perdurable en el tiempo y la memoria.
Difunde con nosotros el legado de Cruz-Diez. Comparte su trabajo y los alcances de su arte.