ARA: un guiño a Caracas
La más reciente propuesta de Rodolfo Agrella podría ser descrita como un…
La más reciente propuesta de Rodolfo Agrella podría ser descrita como un soldado que va a la guerra y regresa sin ningún rasguño. Así es ARA, una obra de arte diseñada para no morir, para resistir al tiempo y al medio ambiente.
ARA es el trabajo de un venezolano que sueña en grande y que tiene un concepto vanguardista de las dimensiones y de los materiales. Se trata de un hombre joven que ha dedicado su vida a la creación, gusto que descubrió desde muy temprano en Caracas, para luego explotarlo en Nueva York, entre rascacielos y galerías de arte que recibieron sus obras.
Rodolfo Agrella, poco a poco, ha obtenido la fama que se merece. Sus obras han sido expuestas en importantes espacios. No solo Nueva York. En el repertorio destacan ciudades como Miami, Milán, Frankfurt y muchas otras que llenan de orgullo su corazón y el de los venezolanos.
Transatlantic Creative Exchange es un Programa de diseño desarrollado por Wanted Design y la embajada de Francia en USA. Rodolfo Agrella tuvo la oportunidad de ser escogido junto con otros dos artistas que trabajaron para cuatro compañías francesas, para el venezolano la seleccionada fue Procédés Chénel International.
El taller ubicado a las afueras de París fue su refugio durante semanas en la que dejó a las ideas fluir. Rodolfo Agrella no cree en esa inspiración previa para concebir una obra. “He aprendido que la inspiración nace con la pieza y no antes”, de esta forma se muestra como un artista que a medida que edifica un proyecto va creando los bloques con ese cemento creativo en fresco.
Cuando boceteaba un obrero dentro de la fábrica le comentó que lo que hasta ese momento llevaba hecho tenía unos aires cinéticos y enseguida pensó en el maestro venezolano Jesús Soto. Desde ese instante supo que haría un guiño a esta corriente.
El cinestismo en el que se enfocó fue el de los 60´s y los 70’s. Su nueva colección también le sonríe a otro factor, a la ciudad de Caracas. “Aunque estas obras sean hechas en Nueva York o en París siempre coloco made in Caracas, así aporto a mi país un poco de lo que tengo para dar”.
En esta obra hay papel por todos lados. ARA podría ser visto simplemente como una lámpara de formas llamativas. Sin embargo, cuando se detalla con exactitud se percibe la calidad del material, la minuciosidad de los cortes.
No es cualquier papel. El material base de estas lámparas es un papel especial compuesto por múltiples capas en la que se trabaja el volumen y la capacidad de movimiento. Es como un ventilador de muchas aspas hecho para ambientes sofisticados.
Sin embargo escondido entre pliegue y pliegue hay un símil que también vocifera el nombre de Caracas, está a la vista de todos y es que el nombre “ARA” no son unas siglas, sino el nombre del género científico de una especie que surca los cielos caraqueños y es el guacamayo.
De esta forma el artista se introduce en el mercado. “Es importante saber vender la obra y conocer los códigos sean entendidos, no sólo por los estadounidenses, si no por el mundo entero. Nueva York no es el mundo entero. Esta es una isla en la que el mundo transita en distintas nacionalidades”, indicó Rodolfo.
Exactamente, el proyecto consta de más de 150 piezas de papel que son resistentes al fuego y al agua. Ni se quema, ni se moja. Un material único y artesanal que no se encuentra en mueblerías mundanas. ARA es arte de vanguardia, es tanque de guerra diseñado para batallar en el mundo del diseño.
El detalle es tal que cada pieza de papel, una vez ensamblada mediante pliegues permite mostrar en los pequeños espacios, la minuciosidad del trabajo. Las líneas curvas son un espectáculo en el que corre la mirada en un sexy desliz y una delgadez magistral.
ARA está compuesta por 5 módulos, totalmente diferente entre si, no sólo por su tamaño y trabajo de colorización, si no que sus diseños están hechos para distintos rincones. Algunos son hermosos pedestales y otros colgarán como péndulos estáticos, levitantes que atraerán a todos a ese centro cálido y luminoso.
Inicialmente están disponibles los colores blanco, beige, negro y una versión neon. No obstante, ya está planificando añadir colores como el azul y el guayaba, un tanto más tropical y exótico.
En el tiempo que Rodolfo Agrella lleva como artista ha hecho obras muy distintas. Su trabajo es versátil y evolutivo, pero siempre mantiene una relación irrompible con la humanidad. Su trabajo necesita del hombre para entablar esa relación útil entre la obra y el humano, más allá de la observación y la discusión que estas estructuras generan cuando alguien se topa con ella.
Como se trata de una obra con rasgos cinéticos es imposible no jugar con ella al verla. Ahí destacan una de las intenciones principales de Rodolfo Agrella cuando ideó ARA, que exista interacción entre la creación y el ser humano. Sin tocarla es posible dejar la vista confundirse y esforzarse por entender el proyecto en un juego sin fin que nunca aburre, pero que siempre divierte, puesto que ahí reside el poderío de este cinetísmo luminoso.
El sueño del creador es ver su obra en una exposición del Museum of Metropolitan Art (MOMA), pero con humildad dice que en el fondo el lugar en donde ARA merece estar es en el hogar de todos.
“ARA es para todos, no para un pequeño público el diseño no debería ser exclusivo, porque significa que excluye y debemos comenzar a utilizar la palabra inclusión. Exclusivo es el arte, pero el diseño no es así y quiero que mi obra sea vista por todos como accesible”, expresó.