Ubicado en el tramo de playa más hermoso de Florida, Rivage Bal Harbour se eleva entre el exuberante paisaje tropical, como un faro de la vida moderna.
La colección ultra exclusiva de residencias personalizadas Rivage Bal Harbour ofrece una vida lujosa inmersa en la naturaleza, a pocos pasos del océano en la última propiedad frente al mar que se desarrollará en el área de Bal Harbour.
Estas villas iluminadas por el sol brindan servicios y comodidades de primer nivel a la altura de los mejores hoteles del mundo. El resultado es un enfoque refinado y considerado para el bienestar total.
Rivage Bal Harbour es el último desarrollo nuevo en esta playa de arena blanca prístina. Ofrece una ubicación incomparable, con vistas despejadas del Atlántico, el Intracoastal Waterway y más allá. Es un paraíso en la tierra.
Skidmore, Owings & Merrill (SOM), el estudio de arquitectura a cargo del proyecto, ha diseñado algunos de los edificios y espacios públicos más avanzados técnica y ambientalmente del mundo. Tomando como punto de partida su característico modernismo limpio, SOM permitió que el sitio, con su acceso único a la playa más exclusiva, influyera en la evolución del diseño. La geometría pura de las líneas rectas cedió paso a los contornos orgánicos del paisaje.
El modernismo tropical resultante incorpora formas redondeadas que se hacen eco del entorno natural y maximizan las vistas del Océano Atlántico y la Bahía de Biscayne.
La luminosa fachada de vidrio de esta torre de 84 metros refleja la deslumbrante belleza del entorno natural. En el interior, cada elemento exquisito está diseñado con impecable atención al detalle.
La gran escala de estas villas familiares frente al mar, con sus generosos balcones, grandes ventanales y ascensores privados, crea la impresión de casas unifamiliares completamente separadas flotando en las nubes.
Es la esencia de la vida refinada: abierta, aireada y expansiva. Para los modernos por naturaleza, esta es la vida soñada.
La técnica de ocultar y revelar está omnipresente, con elementos de agua, muros de piedra y abundantes plantas que crean espacios íntimos y umbrales hacia habitaciones al aire libre, fomentando la exploración y la sorpresa.
Las mamparas arquitectónicas diáfanas en los vestíbulos y salones, junto con los cambios de elevación, también ayudan a construir una cadencia alterna de intimidad y apertura, invitando a los residentes a aventurarse por la propiedad.
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