Architecture

El caserío Azkarraga: ¿Cómo darle nueva vida al pasado sin corromperlo?

BABELstudio ha encontrado la clave para restaurar el pasado sin que pierda su esencia con el caserío Azkarraga.

Por: Annabelle Torres
casa Azkarraga

Elegir, reducir, restar han sido los tres elementos clave para llevar a cabo este proyecto de restauración.

El objetivo principal era mantener la sensación de lo perdido que evoca el entorno y mimetizarlo con el inmueble.  

Además, se pedía añadir un nuevo espacio al caserío: un restaurante que lleva por nombre La Revelía y que sirve comida típica del País Vasco.

casa Azkarraga

La fachada del caserío Azkarraga

Estructuras de madera con un solo muro de hormigón (ubicado en el centro de la planta baja) componen la fachada de la casa, haciendo referencia a la estética formal que solían tener los caseríos de la zona en el pasado. Es importante mencionar que los pinos que fueron utilizados para extraer la madera de la fachada fueron luego, replantados en el mismo terreno.

A través de tres cortes en la fachada se pueden observar las nuevas entradas de la casa: una para comensales y otra para las personas que habitan la casa. 

El ya mencionado muro de hormigón también sirve para separar el restaurante de la vivienda. 

 

casa Azkarraga

Pasado y presente se vuelven uno solo

El sitio original donde se construyó la casa Azkarraga en el siglo XIX había sido abandonado. Para cuando los arquitectos llegaron, el edificio estaba tan deteriorado que solo se pudieron conservar los muros perimetrales. 

Aun así, los parámetros exigían conservar toda la esencia del edificio original así que la misión de BABELstudio no sería fácil. Sin embargo, gracias a estos arquitectos se pudo lograr un consenso estético entre pasado y presente. 

casa Azkarraga

Actualmente, el caserío se funde con la naturaleza y con su historia (materiales locales fueron utilizados para lograrlo). Además, la casa cuenta con un huerto que sirve al restaurante y un manantial que les provee de agua. 

Por fuera la casa mantiene lo volumétrico de los antiguos caseríos. El  resultado de todos estos esfuerzos es un edificio contemporáneo cargado de infinita nostalgia.