Schiaparelli SS24 Couture: una Odisea entre tierra y cielo
La colección encarna la filosofía de Elsa: la unión de lo aparentemente disímil. Rinde homenaje a esta tradición fusionando técnicas ancestrales –encajes guipure intrincados, aplicaciones de terciopelo y encaje, flecos de chenilla bordados a mano– con siluetas, patrones y referencias modernas.
En 1877, un descubrimiento marcó el destino de la Casa Schiaparelli. Giovanni Schiaparelli, tío de Elsa y director del Observatorio de Brera en Milán, halló canales en la superficie de Marte, abriendo de par en par la fascinación con la vida extraterrestre.
Esta curiosidad cósmica, imbricada en la familia Schiaparelli desde Elsa, amante de la astrología, se convierte en la esencia de la colección SS24, un magistral tapiz donde lo antiguo y lo audaz, lo bello y lo provocativo, lo terrenal y lo celestial se danzan la mano.
Un vestido asemeja una placa madre microchip, adornado con reliquias tecnológicas previas al 2007, un guiño a lo que alguna vez fue vanguardia.
Los símbolos personales de Elsa dialogan con los del diseñador Daniel Roseberry, texano de nacimiento.
Pañuelos de lentejuelas pintados a mano, botas de cowboy reinventadas como fantasías hasta el muslo, nudos de doma en satén de seda sobre una bomber de gamuza y un traje de corset de denim blanco, son ecos de Texas.
Los códigos de Schiaparelli –el ojo de la cerradura, la cinta métrica, partes anatómicas– aparecen sutilmente como tesoros escondidos en joyas, zapatos, bolsos y bordados.
Más que una colección, SS24 es una odisea donde tiempo y espacio se entrelazan. Son sueños cósmicos susurrados en seda, una oda a la audacia creativa y el legado visionario de Schiaparelli.
Un recorrido de curvas y diseño
La fascinación de Roseberry por las curvas adquirió formas expansivas en el diseño, con modelos envueltas en capullos estructurales y engalanadas con voluminosas faldas.
El look 12 combinaba un traje de camisa y corbata, todo confeccionado en el mismo tejido nacarado que relucía con el movimiento, mientras que el look 16 presentaba un vestido que flotaba sobre su portadora como el atuendo de una muñeca de papel.
La asimetría, en general, pareció estar más presente que en sus colecciones anteriores, sugiriendo que el diseñador se prepara para ser más experimental en su enfoque.
Con la Alta Costura SS24, vemos más de Roseberry, no solo en lo que puede hacer, sino también en quién es, y creo que estamos listos para más.
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