Alberto White: “Son muy pocos quienes lo intentan”
Alberto logra defenderse tanto en la selva amazónica como en las selvas de concreto.
Alberto logra defenderse tanto en la selva amazónica como en las selvas de concreto. Desde pequeño recorrió con su padre los estados de Venezuela y, con la oportunidad de viajar y formarse en el extranjero, pudo escalar posiciones en otras latitudes y llegar a apreciar, hoy en día, el valor oculto en sus propias tierras.
Las ganas de tomar riesgos lo traen de regreso a su país con la idea de emprender y sacar el mejor provecho de sus recursos naturales. Así, en el 2015, nace Cacay Pure, tras el hallazgo de las grandes propiedades cosméticas del aceite de cacay: 50% más de vitamina E y el doble de Omega-6 que el aceite de argán y tres veces más retinol que el aceite de rosa mosqueta.
El aceite de la nuez de cacay es un super oil no solo por las proporciones de sus ingredientes sino porque es capaz de conjugar las propiedades del retinol, un componente usado en el tratamiento antienvejecimiento que estimula la producción de colágeno y ácido hialurónico y mejora la apariencia de la piel disminuyendo el tamaño de los poros, las manchas y las líneas de expresión. Además posee las propiedades hidratantes de la vitamina E y el Omega-6, que ayudan a preservar la humedad de la barrera natural de la piel y disminuyen los efectos irritantes del retinol.
Alberto vio la posibilidad de aprovechar la riqueza de esta materia prima que caracteriza a su tierra natal y ser el individuo capaz de unir dos mundos: el de un mercado sofisticado que demanda mejores productos y el de la naturaleza, que alberga en sí las mejores materias primas.
La nuez de cacay se encuentra en las selvas de Lara, Barinas y Amazonas. Allí el “árbol de nuez” crece sin mayores esfuerzos ni demandas, sus frutos se acumulaban en los patios y se desperdiciaban sin ningún uso provechoso. Reconociendo el potencial y las propiedades cosméticas del aceite, Alberto decide invertir y desarrollar el proceso de producción que hoy va desde la cosecha y la extracción del mismo -usando el método cold pressed para preservar las propiedades- hasta el embotellado, todo hecho con orgullo en Venezuela.
Tras sus estudios de administración, dar el salto hacia la producción de cosméticos significó formar un equipo que trabajara con él en la construcción de su proyecto. Su paso por el baseball le dejó varias enseñanzas: Apuntar a batear un homerun y no un hit. No ser una gota más dentro de la lluvia, ir por más y apuntar a algo más grande. No es tan difícil lograrlo, pues son muy pocos quienes lo intentan.
No es tan difícil lograrlo, pues son muy pocos quienes lo intentan.[/blockquote]
Pero más que tomar riesgos, Alberto quería tomarlos en sus tierras. Generar impacto con empleos y desarrollos sustentables e invertir en capital humano en su propio país: Lo primero fue definir la creencia detrás del proyecto. Cacay Pure es hoy la cara frente a las filosofías de tomar riesgos, creer en lo nuestro y generar impactos; pero no se detiene ahí: con este sello busca construir nuevos proyectos siempre apostando por las valores locales de competitividad.
Dentro de un mercado con consumidores cada vez más conscientes y conocedores que demandan integridad y responsabilidad de las marcas que consumen, se hace necesario ofrecer no solo un producto de calidad sino uno que tenga impreso un sello de compromiso que respalde las filosofías de la marca. Cacay Pure tiene su plusvalía en ser un producto sustentable, orgánico, eco-friendly y cruelty-free.
Así como quiso ser el puente entre lo rural y lo urbano aprovechando las ventajas competitivas de esos dos mundos, Alberto también busca ser ejemplo de la conexión entre un proyecto lucrativo y un proyecto de impacto social. Cuando habla de generar impactos, su visión va más allá que apostar por la producción local, Cacay Pure ha desarrollado un proyecto de impacto social y ambiental que busca promover la reforestación de las selvas y, al mismo tiempo, mejorar los niveles de vida de los agricultores de la zona.
Se trata de un proyecto vivero que cultiva los arboles de cacay para luego ser sembrados en los terrenos de las familias agrícolas de la zona, a fin de ofrecerles la oportunidad de cultivar y cosechar la nuez y de obtener ingresos de una planta que requiere de mínimas condiciones para crecer rápidamente. Con el paso de dos años que lleva en marcha el plan, han logrado beneficiar a más de cincuenta familias y plantar más de mil árboles, mitigando así el efecto de la deforestación local a causa de la ganadería, la agricultura de cultivos altamente rentables y la minería.
La Venezuela por la que apuesta Alberto es esa donde lo rural y lo urbano aportan sus valores agregados y se conjugan en un país capaz de exponerle y exportarle al mundo lo mejor que tiene de sí.