Petit St. Vincent: desconexión absoluta
El Caribe se mantiene en el top de los destinos mundiales gracias…
El Caribe se mantiene en el top de los destinos mundiales gracias a un arsenal de secretos bien guardados. Uno de ellos es la isla privada Petit St. Vincent (PSV), una pequeña y remota isla que está ubicada al final de la cadena de las Granadinas.
Petit St. Vincent fue adquirida en el año 1966 por Hazen K. Richardson II, su amigo Doug Terman y el socio de ambos H.W. Nichols, cuando la isla era aún un territorio inhabitado. Desde sus inicios PSV ha sido merecedora de múltiples reconocimientos, entre ellos un lugar en la lista de la National Geographic’s Unique Lodges of the World por su compromiso de ser ecológicamente sustentable. Como uno de esos avances en la materia, PSV ha instalado una planta que les permite embotellar su propia agua potable en botellas de vidrio reusables. Gracias a esa iniciativa, PSV ha evitado la importación de botellas de plástico que proviene de islas vecinas.
Sin embargo, sus encantos no terminan allí. Su verdadero atractivo radica en ofrecer una experiencia de desconexión total ya que no posee ningún tipo de conexión a internet en sus villas y cabañas. Pero ello no es motivo de aburrimiento. Sus clases de buceo –dictadas por Jean-Michel Cousteau, hijo del afamado explorador oceánico Jacques Costeau– se convierte en la opción ideal para el tiempo libre.
Sin lugar a dudas, Petit St. Vincent está lejos de ser un lugar común. Con más de 40 años en la industria hotelera, se mantiene fiel a su visión original: asegurarle a sus huéspedes una maravillosa experiencia libre de muchedumbres indiscretas y molestas.
Donde: Petit Saint Vincent. St Vincent and the Grenadines
Highlights: Isla privada, Yoga & Spa, centro de buceo de Jean-Michel Cousteau, eventos culinarios con invitados especiales, comida orgánica.
Book it: Reservation
Cuánto: 1100 $ – 2415 $ per night.