El Hotel du Cap-Eden-Roc es un emblema de la opulencia hotelera, la grandeza soleada de la Riviera y los sueños de autos descapotables, palmeras ondulantes, noches de casino y fiestas interminables
Siendo uno de los hoteles más antiguos de la Riviera francesa, el Hotel du Cap funcionó originalmente como hotel de invierno hasta después de la Primera Guerra Mundial. Durante la guerra, incluso fue un hospital improvisado.
Tras la contienda, se construyó la piscina en el promontorio para incentivar estancias más allá de abril. Además, Eden-Roc, antes un simple salón de té junto al agua para enfermeras de la Cruz Roja, cobró mayor importancia.
Sin embargo, no fue sino hasta 1923, cuando los Fitzgerald y los Murphy (una pareja con excelentes conexiones sociales) pasaron el verano allí, que la temporada de la Riviera se convirtió en algo chic.
F. Scott Fitzgerald usó el hotel como escenario para su novela “Tierna es la noche” y escribió a un amigo en 1925 que el Hotel du Cap era “un escape del mundo entero”.
Desde 1969, forma parte de la pequeña pero exclusiva colección alemana Oetker (que incluye Jumby Bay y La Palma en Capri). En un mundo moderno lleno de reglas y restricciones, excesos moderados y seriedad ostentosa, el Hotel du Cap-Eden-Roc no oculta su preferencia por los modales y la hospitalidad lujosa de antaño.
Las habitaciones ofrecen dos opciones: con vista a la avenida que conduce al mar o las suites recientemente renovadas en el Pabellón Eden-Roc, diseñadas para familias multigeneracionales (una solicitud cada vez más popular).
Estas suites miran hacia la bahía, casi enfrente de Cannes. Cada habitación cuenta con jarrones repletos de rosas del centenario jardín de rosas del hotel, además de algún toque moderno ocasional.
El hotel no es un laberinto de restaurantes y bares (el espacio se aprovecha en sus jardines), pero han logrado crear distintos ambientes de manera discreta. El bar en Eden-Roc Lounge se asemeja a la cubierta superior de un yate de lujo, donde se puede pedir el cóctel especial de la casa, hecho con su propia ginebra, mientras se contempla la puesta de sol.
Otra opción es disfrutar de un Aviator en el Bar La Rotonde, con el suave sonido del piano de fondo. Un Martini clásico, seco como el Sahara, era el aperitivo ideal antes de la cena en el Eden-Roc Grill, donde ofrecen mantas para abrigarse del fresco nocturno.
La propuesta gastronómica es esencialmente francesa con toques ocasionales de influencia americana y asiática, desde un sándwich club de pan blanco hasta salmón marinado con miso y wasabi.
Para relajarse con estilo, el hotel ofrece un spa diseñado por Dior, con un estampado toile de jouy con tigres que se utiliza en todo, desde pijamas hasta cojines.
Además de los masajes faciales y corporales de alta precisión Dior Prestige, hay una sauna de infrarrojos, un tratamiento con máscara de luz LED, sauna tradicional, hammam y una glorieta para masajes al aire libre con aroma natural a pino.
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