Ubicado frente al mar, Rock House es un resort boutique cuenta con tan solo 46 villas de lujo, distribuidas estratégicamente en 14 acres para garantizar la privacidad incluso en las zonas comunes.
Rock House: un refugio de lujo silencioso en las Islas Turcas y Caicos
Es un oasis para viajeros que buscan escapar del bullicio y sumergirse en una experiencia serena.
Por: Alejandro Carrillo
Si bien Rock House ofrece todas las comodidades que un viajero exigente esperaría de un establecimiento de lujo (perteneciente a Grace Bay Resorts), evita la saturación de servicios y deportes acuáticos innecesarios. Esto permite mantener la playa despejada, respetar la belleza natural y lograr que la impresionante arquitectura complemente el paisaje en lugar de dominarlo.
A menos de 10 minutos del aeropuerto se encuentra este paraíso. Rock House es el único resort en la isla enclavado en un acantilado de piedra caliza, a 29 metros sobre el nivel del mar. Ofrece vistas panorámicas del océano Atlántico, la costa que se extiende hasta Grace Bay y más allá.
Un diseño a la par del lugar
El diseño contemporáneo de Rock House se integra magistralmente en el entorno natural, utilizando materiales locales para crear una sensación de modernidad y antigüedad a la vez. La piedra caliza natural es el elemento arquitectónico dominante, tallada por artesanos locales en paredes y pasillos. Esto, junto con la ubicación en el acantilado, evoca recuerdos del Mediterráneo. No es de extrañar que el diseño, la decoración y la cercanía al mar atraigan a parejas de todas las edades en busca de romance.
El resort cuenta con 107 metros de playa frente al tercer arrecife de coral más grande del mundo, lo que permite hacer snorkel directamente desde la orilla. El equipo de snorkel es gratuito, al igual que los kayaks y tablas de paddleboard transparentes para explorar el arrecife sin mojarse.
Los alojamientos son luminosos, espaciosos, ventilados, bien equipados y bellamente diseñados con muebles modernos y tradicionales hechos a medida. La paleta de colores, tanto en el interior como en el exterior, se compone principalmente de tonos apagados para no competir con las paredes de piedra caliza blanca talladas a mano, las aguas turquesas y la exuberante vegetación, que son los verdaderos protagonistas del espectáculo.
Suites y spa grandiosos
Todas las suites de un dormitorio, dúplex de dos dormitorios y estudios tienen terrazas privadas con embriagadoras vistas al mar, techos abovedados de 4 metros con paneles de roble blanco, elegantes lámparas de araña de mimbre tejidas a mano, ventanas del piso al techo, suelos de porcelana y terrazo, y bañeras independientes con productos de baño y corporales de L’Occitane que dejan un delicioso aroma en la piel y el cabello.
Dependiendo del estilo elegido, algunas suites cuentan con duchas al aire libre, cocina completa, rincón de desayuno, sala de estar formal, lavadora y secadora, y una piscina privada de borde infinito.
El resort aún no tiene un spa, pero ofrece una variedad de relajantes masajes en la habitación. También cuenta con un gimnasio de última generación abierto 24/7 para los más deportistas, y clases de yoga en el embarcadero diseñadas por el reconocido yogui David Bowen.
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