Oda a la luz en Carat Cartier
Una propuesta creativa por excelencia envuelve por completo la nueva joya de…
Una propuesta creativa por excelencia envuelve por completo la nueva joya de Cartier. No se trata de una colección de prendas sino de un perfume que encierra en su distinguido y estudiado frasco la esencia del arco iris que refracta un diamante. Elemento que forma parte esencial en la fama de la marca joyera ahora recibe una ovación rebosante de fragancias florales.
Por los siete colores del prisma, la perfumista de la firma, Mathilde Laurent diseñó el eau de cologne con siete flores distintas y correspondientes a cada color. Para el violeta, asignó una violeta; para el índigo, eligió un lirio; para el azul, seleccionó al jacinto; para el verde, un ylang ylang; para el amarillo, un junquillo; para el naranja, una madreselva; y para el rojo, finalmente escogió un tulipán.
Todo este trabajo se reúne en una pequeña botella concebida para emitir los milagros de la luz como si de un diamante se tratara. Con una estructura inspirada en el art déco, el frasco de Carat alude a la proyección de todos los colores a través de sus facetas esculpidas en vidrio.
La reciente entrega pretende funcionar como una invitación a sonreírle a la vida y la belleza que emana de ella. Pero, más que todo, es interpretada por sus creadores como una oda a la luz, lo que sirve también como una metáfora con la que el público logra simpatizar orgullosamente. Sin duda una pieza maestra en el admirable repertorio de Cartier.