Mikú Cerámica: Complemento de autor
Habiéndose graduado de Diseño Industrial en la Universidad de Los Andes, Keyla…
Habiéndose graduado de Diseño Industrial en la Universidad de Los Andes, Keyla Torres y Darwin Molina fundaron su propia firma para trabajar en aquello que los apasiona: la cerámica. Ese acercamiento a la artesanía significó un descubrimiento crítico para ellos y para el diseño nacional. Pues, ubicados en Santiago de los Caballeros de Mérida, Mikú Cerámica se entrega a la creación de productos dignos de atesorar.
Para ello, utilizan la técnica oriental del raku que le da a la cerámica utilitaria ese aspecto rústico que tanto la distingue, y con el gres y el esmalte hechos por ellos mismos, Torres y Molina llevan a cabo una hermosa propuesta al comedor.
Sin embargo, su origen fue humilde. Adaptando la sala de su hogar en un taller, la joven empresa comenzó hace poco más de cinco años, pero despegó gracias a la solicitud del chef venezolano radicado en Dinamarca, Karlos Ponte, quien ordenó piezas de la autoría merideña para su restaurante Taller en Copenhague. Desde entonces, espacios caraqueños como Alto, Franca y Moreno encomendaron también que sus deliciosos platos fuesen enmarcados por el gres de Mikú.
Su exclusiva firma es plasmada en la forma y la técnica de cada una de sus creaciones. En su mayoría, diseñadas a la medida, con la intención de hacerlas únicas e irrepetibles. Que, a través de la variación de texturas, colores y figuras, de alguna forma conspiren a que cada plato o vajilla adquiera su propio espíritu. Sin duda, algo más que un simple artículo de cerámica.