Cerveza Alhambra: una experiencia sensorial
En 1926 se inauguró la fábrica Cervezas Alhambra gracias a dos veteranos…
En 1926 se inauguró la fábrica Cervezas Alhambra gracias a dos veteranos empresarios del mundo cervecero que llegaron a Granada un año antes con la ilusión de establecer su negocio. Sus productos fueron muy bien acogidos por los granadinos y desde entonces no han parado los éxitos. Los encargados actualmente de la fábrica mantienen el legado de seguir produciendo la bebida bajo la misma maestría que emplearon con esmero, dedicación y pasión desde sus inicios. Alhambra no solo espera ofrecer un producto de calidad, sino también un producto que despierte los cinco sentidos de quienes lo degusten.
El proceso de elaboración que manejan es muy sencillo, pues utilizan cebada, precisamente por ser perfecta para el malteado. Una vez convertida la cebada en malta, los maestros cerveceros extraen todo su potencial de acuerdo a las propiedades aromáticas, color, azúcares, proteínas, vitaminas y minerales, moliendo el cereal para extraer las enzimas que generan ese sabor fuerte característico propio de Alhambra. Luego en agua caliente se incorpora la malta molida, mezclada con almidón de maíz para aportar frescor y suavidad. Esta fase es donde ocurre la magia, pues las enzimas se transforman en azúcares fermentables, que serán trabajados por las levaduras y crearán la esperada cerveza.
Por otra parte, el lupus se agrega a una temperatura determinada en un tiempo específico para lograr el equilibrio entre sabor y aroma. Después de la ebullición y lupulizado, se pasa al sistema de centrifugado, Whirlpool, el cual clarifica el mosto ya lupulizado para elaborar cada variedad de cervezas. Después se deja enfriar. La temperatura varía según sea el tipo: Lager (6-13 grados) y Ale (15-24 grados). Se deja fermentar para luego dejarla reposar y que esta madure más su sabor (en especial para elaborar tipo Ale). Finalmente se filtra para pasteurizar y embotellar. Todo el proceso de elaboración requiere de paciencia y tiempo, solo así se logrará que el catador de cerveza sienta todos los ingredientes de estas mezclas perfectas.
En su línea de producción tienen cinco variedades de cervezas: Alhambra Tradicional, Alhambra Especial, Alhambra Sin, Alhambra Reserva 1925 y Alhambra Reserva Roja.
Alhambra Tradicional es de tipo Large de baja fermentación de color dorado brillante, su aroma es fresco, tiene notas suaves de fruta verde como manzana con toques florales de lúpulo y una ligera punta de cereal. En sabor es equilibrada y presenta, también, un punto ligero de amargor y acidez.
Alhambra Especial es de tipo Large Special, su color es dorado turbio y en aroma mezcla notas de cereal tostado con frutas como manzana o plátano. El sabor destaca las notas dulces, como a caramelo y frutas verdes y hay un punto de amargor que deja una sensación suave en boca.
Alhambra Sin es de baja fermentación sin alcohol y su color es dorado intenso. Los aromas entremezclan los cereales frescos con notas de pan, y miel, estos entran en equilibrio con el aroma herbal y el amargor del lúpulo. En sabor se distinguen las notas fácilmente que persisten tras un sorbo las notas de miel y cereal.
Alhambra Reserva 1925 es de tipo Extra Lager de baja fermentación y de color ámbar dorado con un aroma es muy intenso y notas frutales y florales ligeramente especiadas propias del lúpulo Saaz. Los sabores de cereal y lúpulo resaltan, según sus creadores, por vía retronasal, y se mantienen equilibrados con un contrapunto de amargor medio en boca. Los sabores complejos persisten debido a la intensidad, pero con un carácter refrescante.
Alhambra Reserva Roja tipo cerveza Extra de color rojizo similar al cobre antiguo. En aroma presenta matices de cereales tostados y manzana ligados con la nota de alcohol intensa. Su sabor al principio es fuerte, potente y voluptuoso.