Santa Clara 1728: un palacio en Lisboa
En el centro histórico de la ciudad de Lisboa, se encuentra un…
En el centro histórico de la ciudad de Lisboa, se encuentra un pequeño palacio que hoy en día es el refugio de turistas curiosos que desean una experiencia diferente y verdaderamente amena, en la cual no se sientan como exiliados sino como exploradores deseosos de familiarizarse con las costumbres que han configurado el modus vivendi de la antigua ciudad. Ese lugar es Santa Clara 1728, un hotel cuya historia se remonta al siglo XVIII y cuyos dueños, Joao y Andrea Rodrigues, en compañía del reconocido arquitecto Manuel Aires Mateus, se dieron la tarea de restaurarlo, convirtiéndolo así en un cómodo espacio que se adapta a las necesidades contemporáneas, sin olvidar los orígenes y la tradición que se encierra entre sus muros.
Jugando con los volúmenes y la incidencia de la luz en el lugar, el arquitecto conservó las bóvedas que sostienen el palacio y las columnas corintias que emergen de las paredes. En toda su estructura se pueden apreciar acabados naturales que resaltan su interior, evocando una imagen que nos remite a la estética grecolatina y romana. Siendo el blanco el color preponderante, la sensación de luminosidad que se percibe evoca una paz y tranquilidad inolvidables en cada una de sus seis cómodas suites decoradas con muebles que se adecuan a las necesidades de sus huéspedes.
Si se desea tener una vista privilegiada, algunas de las habitaciones exhiben, a través de sus ventanas, el río Tagus, o si se prefiere, el Panteón Nacional. Para sus dueños, el cuidado de la naturaleza también es un factor primordial, es por ello que han cultivado un hermoso jardín del cual se puede disfrutar en el momento que se desee, ya sea para hacer largas lecturas o establecer interesantes conversaciones con los más allegados. Un comedor central en la planta baja se dispone para celebrar el ritual de la comida –la cual proviene de la granja de los Rodrigues– en compañía del chef de la casa, de otros huéspedes e incluso sus dueños, quienes residen allí junto a sus dos hijos.