Vainilla y sus macarrones merideños
Los macarrones de Vainilla tienen cada día más seguidores en todo el…
Foto: David Egui
Los macarrones de Vainilla tienen cada día más seguidores en todo el país y no por casualidad. Ya son casi veinte sabores y dos tiendas en menos de un año, y el futuro promete. María Fernanda Avendaño, criminóloga de profesión, cuenta que un viaje a París y su encuentro con esta tradicional galleta a base de almendras y claras de huevo cambiaron su plan de vida y después de mucha práctica, de probar infinidad de recetas y sabores y de leer mucho, logró su receta perfecta.
Foto: David Egui
Resulta curioso que una pastelera autodidacta escoja una receta famosa por su dificultad para entrar en el mundo de los hornos, pero María Fernanda insiste, con el buen ánimo que la caracteriza, que cualquier persona con curiosidad, estudio y práctica puede lograr la excelencia en la pastelería. En su caso, ajustando la primera receta que usó del libro Les Macarons de Maison Ladurée, el ensayo y error la llevó a conseguir macarrones de aspecto liso, sin grumos, con interior uniforme y sin burbujas, que completa con divinos rellenos.
Foto: David Egui
Solo al estar segura de que tenía un producto de calidad en sus manos abrió su primera tienda y la respuesta del público fue la esperada. Ahora, con casi veinte sabores de macarrones, no faltan en las mesas merideñas ni en todo el país, pues cada semana envía cajas especiales por correo a sus clientes. Entre los favoritos están el macarrón de parchita, el de dulce de leche, ganache de chocolate y el de limón.
Foto: David Egui
Vainilla no solo cuida su producto estrella, también se esmeran por tener una imagen impecable, desde el logo hasta sus tiendas, pasando por las cajas y las fotografías de sus redes sociales que provocan suspiros y activan las papilas de cualquiera que las vea, ofreciendo así el paquete completo de belleza, atención al detalle y producto de altísima calidad.
