Engel Leonardo, bosquejo e inspiración
Todo apropia todo. Es la nueva premisa del arte, es el nuevo…
Todo apropia todo. Es la nueva premisa del arte, es el nuevo principio que promueve el trabajo de artistas consagrados y emergentes, su repercusión en unos y en otros, sin importar los canales comunicacionales o estéticos empleados para el desarrollo de las ideas.
El más reciente trabajo expositivo del artista dominicano Engel Leonardo, es una prueba tangible de ello. La Kunsthalle Lissabon mantendrá la visita de la audiencia portuguesa e internacional hasta el próximo 30 de noviembre.
Un faro que se tomó su tiempo en encenderse
La fuente de inspiración de Faro es fascinante y envolvente: Leonardo trabajó tomando como referencia el boceto con el cual el artista y arquitecto brasileño Flávio de Carvalho se postuló al concurso para la edificación del Faro a Colón en Santo Domingo.
La convocatoria del monumento a la llegada del genovés a tierras americanas, reunió más de 450 proyectos, con arquitectos provenientes de 48 naciones. Finalmente la propuesta del británico Joseph Lea Gleave se alzó como ganadora, y su construcción tomó más de seis décadas.
Por fortuna para Leonardo, la propuesta de Carvalho fue engavetada, pero persistió en el tiempo.
El estudio concienzudo de su discurso modernista, a veces visionario, a veces estremecedor; su reinterpretación de texturas y elementos provenientes de estímulos mayas, toltecas y guaraníes fueron de absoluta inspiración para el dominicano, que logró traducirlos en una colección multidisciplinar e interesante.
El trapecio inca que da inicio al recorrido
Faro es un viaje metafórico, imaginativo y conceptual a través de lo que pudo haber sido el Faro a Colón, de haber sido seleccionada la propuesta de Carvalho. Elementos escultóricos, piezas bidimensionales e instalaciones interpretan de una forma modular y fragmentada todo el discurso arquitectónico e integrado del brasileño.
Los habituales mosaicos hidráulicos que caracterizan el trabajo de Engel Leonardo intervienen en esta muestra, en la que también hay piezas escultóricas que hacen un pertinente guiño a la flora nativa de las Américas, también explorada por Carvalho.
El trabajo del dominicano traslada al espacio arquitectónico de la galería portuguesa, una decodificación excitante de piezas y estímulos espaciales extraídos de un proyecto de finales de la década de los 20, que demuestra, mediante su capacidad motivadora y la lectura de los estímulos, que la apropiación coherente trasciende tiempo y espacio.