Defy Lab x Zenith: mecánica evolutiva
Portadores de un ADN sin precedentes, cada uno de los ejemplares del…
Portadores de un ADN sin precedentes, cada uno de los ejemplares del nuevo Defy Lab de Zenith deja en la muñeca de sus afortunados portadores una pequeña fracción del futuro de la relojería. Limitado apenas a diez ejemplares diferentes entre sí, esta pieza se ha convertido de inmediato en un referente obligado para el resto de las manufacturas gracias a una proeza técnica imposible hasta el momento de su aparición: su mecanismo incluye una mejora del principio de regulación volante-espiral, cuya creación –obra de Christiaan Huygens– se remonta a 1675 y ha significado un principio fundamental para el funcionamiento de los relojes mecánicos en el universo de las grandes complicaciones.
Basándose en ese principio y sin afán alguno de sustituirlo, Zenith ha trabajado en su optimización, creando un oscilador de una sola pieza que sintetiza un gran número de pequeños componentes en uno solo y omite el tren de procesos derivados de su montaje. Este nuevo oscilador, además, reduce los 5 mm habituales de su antepasado para alcanzar una diminuta altura de 0,5 mm.
Todo esto se traduce en una precisión inigualable que además se mantiene más allá de las 24 horas (tiempo estimado de pérdida de energía y, por tanto, de precisión en los relojes mecánicos) y que también aplica para el 95% de su reserva de carga de 60 horas.
El nuevo Defy Lab posee una caja de Aeronith, el material compuesto de aluminio más ligero del mundo. Su mecanismo no requiere lubricación y es insensible a la temperatura, a la gravedad y a los campos magnéticos, tres factores que normalmente impiden el perfecto funcionamiento de este tipo de relojes. De tales cualidades se deriva su triple certificación, una de ellas como cronómetro con el sello «Tête de vipère» del Observatorio de Besançon en nombre de la Oficina Internacional de Pesos y Medidas.
Su existencia se dio a conocer durante una conferencia de prensa en la sede de Le Locle de la manufactura en presencia de Jean-Claude Biver, presidente de la división de relojería del Grupo LVMH; Julien Tornare, CEO de Zenith y Guy Sémon, CEO del Instituro Science LVMH.