
En esta colección de Otoño-Invierno de la legendaria firma francesa, el diseñador Karl Lagerfeld lanza una propuesta que declara su amor a los colores de París y como toque adicional, a su cultura literaria
Con el lema “Alto Perfil”, Chanel muestra sus delicadas piezas en un escenario que imita las románticas calles de la ciudad a orillas del Sena. Llena de edificios de patrimonio histórico, kioskos de libros y puentes, la pasarela de esta colección reafirmó su dedicación a los detalles y a los mensajes ocultos entre pliegues, texturas y colores.




Terciopelo, encaje, crepé, tafetán, radzimir, tweed y chifón fueron algunos de los protagonistas que destacaron entre las obras maestras de alta costura. Estos ornamentos decoraron prendas típicas de invierno como chaquetas con cintura y mangas estrechas, guantes coloridos y faldas y abrigos largos; todo basado en un estilo ultra elegante. Convirtiendo lo que puede ser un simple abrigo o vestido en la versión eléctrica de una pintura impresionista de Monet.
Su paleta de colores adopta la misma identidad de París a finales de año: el gris pálido de los techos, el plateado de sus calles mojadas y centelleantes, el azul profundo de sus noches, el rosado claro de sus amaneceres e incluso los tejados verdes almendra de los edificios viejos. Una gama sobria pero que evoca el particular ambiente que solo la ciudad del amor y amante de los libros puede provocar.









Sin embargo, los que asistieron al evento no se dejaron opacar por el brillo de las lentejuelas. Nombres como el de Penélope Cruz, Lily-Rose Depp, Vanessa Paradis, Mackenzie Foy, Soo Joo Park y Pharrell Williams destacaron con su asistencia como embajadores de Chanel. Ellos y muchos más presenciaron el tributo que la marca quiso rendir tanto a París, como a su influencia en la moda, las artes y la cultura. Apreciando la inspiración que sus calles han significado desde hace siglos y que sin duda continuará.