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Breve recuento fotográfico: del daguerrotipo a nuestros días

Desde la época en que los aborígenes mostraban cierto temor a ser…

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Photography. Foto: publicdomainpictures.net
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Photography. Foto: publicdomainpictures.net

Desde la época en que los aborígenes mostraban cierto temor a ser fotografiados porque esas “máquinas” robaban el alma hasta ahora han pasado muchas lunas. La historia de la fotografía se remonta, al menos, hasta la década de 1830 cuando Joseph Nicéphore Niépce hiciera los primeros experimentos sobre placas de plata pulida, experimentos que gracias a Louis Daguerre luego desembocarían en la concepción del primer procedimiento fotográfico del que se tiene constancia: el daguerrotipo. Luego de este invento, el concepto de fotografía estuvo -y está- en constante evolución.

View from the window at Le Gras. Foto: wikipedia.com

View from the window at Le Gras. Foto: wikipedia.com

Otros métodos para capturar lo inimaginable se desarrollaron a partir de la aparición del daguerrotipo. El más popular entre esos fue sin duda el calotipo, un procedimiento desarrollado por William Fox Talbot que reproducía copias positivas a partir de negativos sobre un soporte de papel y que sentó los antecedentes de la instantánea fotográfica que finalmente cristalizarían George Eastman y la compañía Kodak a partir de 1888.

Daguerrotipo experimental. Foto: wikipedia.com

Daguerrotipo experimental. Foto: wikipedia.com

 Luego de esto, la historia se cuenta sola. Cual proceso evolutivo darwiniano, la fotografía se ha ido inventando y reinventando con el paso de los siglos. Posterior a la instantánea vinieron los primeros intentos de la fotografía a color y, después de mucho ensayo y error, fueron los hermanos Lumière los que patentaron la primera placa autocroma (autochrome en francés) en el año 1903, aunque se comercializara solo hasta 1907.

En Venezuela, las raíces fotográficas ven su origen justo un año después de la aparición del daguerrotipo, cuando el impresor francés Antonio Damirón, en diciembre de 1840, intentó traer un equipo de daguerrotipia al país sin éxito, pues terminaría extraviado en la aduana del puerto de La Guaira. Desde ese entonces, la lista de nombres que han dedicado su alma entera a la fotografía en y de Venezuela es simplemente infinita, pero hay cuatro personajes que merecen una mención especial porque fueron precursores y estandartes del arte de mantener imágenes cautivas gracias a la acción de la luz.

Kodak instamatic. Foto: wikipedia.com

Kodak instamatic. Foto: wikipedia.com

Federico Carlos Lessmann, Henrique Avril, Alfredo Boulton y Alirio Sigala son tan solo cuatro de los mejores exponentes de la fotografía venezolana de todos los tiempos. El primero, de ascendencia alemana, ya había incursionado en el mundo de la litografía y, a su llegada a Venezuela se alió con H. Laue, con quien fundó el taller Lessmann-Laue, en el que se hicieron las primeras fotografías de la ciudad. Sin embargo, Henrique Avril es el que se corona como el primer reportero gráfico del país, no por menos el Día Nacional de la Fotografía se celebra la fecha de su nacimiento. Alfredo Boulton, uno de los venezolanos más universales, empezó sus trabajos fotográficos en la primera mitad del siglo XX y, desde entonces, cosechó éxito tras éxito como fotógrafo, crítico e historiador de arte. El legado de Boulton se refleja en la herencia cultural de todo un país. Alirio Sigala, fotógrafo y joyero oriundo de Barquisimeto, estado Lara, también fue y sigue siendo referente de la fotografía nacional. Su recordada Serie del circo (Caracas, 1974) se convirtió en un emblema pictórico del país y su fotografía resonó en Latinoamérica y el mundo.

Caracas, por Federico Carlos Lessmann. Foto: archivofotografiaurbana.org

Caracas, por Federico Carlos Lessmann. Foto: archivofotografiaurbana.org

Ahora bien, volviendo a la leyenda del inicio, y en el marco de la celebración del Día Internacional de la Fotografía, no nos queda sino reafirmar nuestro gusto por el desdoblamiento implícito en el acto fotográfico, porque ahí reside, precisamente, el encanto de la reproducción fotográfica. Razón tenían los aborígenes en creer que en lo retratado dejábamos el alma. Sin duda, hay algo mágico en la fotografía. Es la posibilidad de ser dos, en el caso del retrato. Es la posibilidad de tener pequeños recuadros de una realidad que fue en algún momento una verdad y que ahora solo reside en la fotografía. El darwninismo de este arte seguirá su curso y, afortunadamente, seremos testigos primordiales de lo que aún depara la era digital.