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Caracas: todas las ciudades, la ciudad

Digamos que no, que Caracas no cumple hoy 449 años de fundada,…

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Graziano Gasparini. Vista de Caracas desde el camino de Los Españoles, Caracas, (1954). Foto: Archivo Fotografía Urbana.

Graziano Gasparini. Vista de Caracas desde el camino de Los Españoles, Caracas, (1954). Foto: Archivo Fotografía Urbana.

Digamos que no, que Caracas no cumple hoy 449 años de fundada, que no hay motivo aparente para escribir estas líneas, que la que para muchos es la ciudad que quiso ser y nunca fue se ha quedado en el rincón más oscuro del olvido. Ahora, sabiendo que todo lo anterior no es más que un falso despertar, celebremos la ciudad que tanto amamos, la que nos ha dado tantas cosas -tanta gente- y reconstruyámosla desde las fibras más profundas de la memoria emocional. Tracemos una vez más cada una de sus calles y esquinas a través del más simple de los recuerdos, descubramos los más escondidos recovecos con la inocencia propia de la infancia, lustremos los milagros arquitectónicos que aún ostenta y, como si fuera la primera vez, sintamos la maravilla de poder llamarnos a nosotros mismos caraqueños.

Alfredo Cortina. Esquina de San Jacinto Caracas 1953. Foto: Archivo Fotografía Urbana.

Alfredo Cortina. Esquina de San Jacinto Caracas 1953. Foto: Archivo Fotografía Urbana.

Hacer un recorrido histórico de una ciudad no es tarea fácil. Mucho menos cuando la ciudad es Caracas, la otrora capital de Latinoamérica, la ciudad que ha sido todas las ciudades y que todas las ciudades han querido ser. Lo cierto es que el portentoso valle caraqueño es una tierra tan fértil, en todos los aspectos imaginables, que pareciera que lo único que queda entonces es agradecer por haber nacido aquí. Sin embargo, a 449 años de su fundación, hay un gran camino recorrido que vale la pena recordar y celebrar.

Myron Dmytrejchuk. Centro Simón Bolívar circa 1956. Foto: Archivo Fotografía Urbana

Myron Dmytrejchuk. Centro Simón Bolívar circa 1956. Foto: Archivo Fotografía Urbana

Desde donde se le mire las bondades de la capital son infinitas, y si esta semblanza histórica parte de la premisa de que somos, también y sobre todo, la ciudad donde vivimos, la fortuna es inconmensurable, pues eso significa que hemos sido, somos y seremos -de oeste a este- el tranvía de Caño Amarillo y los incontables bloques de la Urbanización 23 de Enero. Somos las calles de La Pastora y el legendario Mercado Municipal de Catia, la oculta Iglesia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Paguita; el Centro y todas sus esquinas. Somos también el Palacio de Miraflores, la urbanización el Silencio (con todo y sus dos torres). Somos la Plaza Bolívar y la tensión perpetua en los ojos del caballo del Libertador; también los restaurantes y bodegones españoles de la Candelaria; Bellas Artes y su amada Plaza de los Museos, las fuentes de Narváez en el Parque Los Caobos, somos la Avenida Bolívar y la promesa del plan Rotival. Somos, sin duda, las torres de Parque Central, la alegría eterna del Museo de los Niños y los jardines colgantes de Gego.

Album Neumann. Museo de Bellas Artes Caracas 1952. Foto: Archivo Fotografía Urbana

Album Neumann. Museo de Bellas Artes Caracas 1952. Foto: Archivo Fotografía Urbana

Somos Sofía Ímber y Picasso juntos en el Museo de Arte Contemporáneo y también Teresa Carreño tocando en los espacios que luego llevarían su nombre; somos la fuente de Plaza Venezuela y la exquisita atmósfera de Sabana Grande, que quiso ser Champs-Élysées y, por supuesto, fue mejor. Somos Anala Planchart y su Cerrito, el café de Nico en la Av. Victoria. Sobre todo, somos Villanueva y la Ciudad Universitaria, la tierra de nadie, las nubes de Calder, los chaguaramos y sus guacamayas. Somos Cabré, Tovar y Tovar, Cruz Diez y Reverón reinterpretado la ciudad en cada una de sus obras. Somos Parque Cristal y el Cubo Negro; la Cota Mil, también eso somos. Somos El Ávila, ese magnífico pulmón vegetal, y con esto debería bastarnos. Somos Caracas. Aunque rota para muchos, esta ciudad es nuestra y la llevamos con orgullo como la más hermosa herida de guerra. Por eso hoy la celebramos y, a sus 449 años, estamos seguros de que nacimos en la ciudad correcta.

Fernando Irazabal. Vista aérea Plaza Venezuela Caracas 1968. Foto: Archivo Fotografía Urbana

Fernando Irazabal. Vista aérea Plaza Venezuela Caracas 1968. Foto: Archivo Fotografía Urbana