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Julien Bismuth: “El motor de mi vida es la curiosidad”

Nacido en París y residente en Nueva York, Julien Bismuth, de una…

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Julien Bismuth
Willy Nilly (2016). Performance de Julien Bismuth. Foto: Arthur Perret
Julien Bismuth

Willy Nilly (2016). Performance de Julien Bismuth. Foto: Arthur Perret

Nacido en París y residente en Nueva York, Julien Bismuth, de una singular sensibilidad, vio en el camino del arte la posibilidad de comunicarse de un modo sobresaliente, la apuesta por hacerlo “distinto”.

Julien Bismuth

Instalación de Sibyl Sybil. Foto: julienbismuth.com

Licenciado en Artes de la Universidad de California y con una maestría en Artes de la Universidad de Londres, el autor encontró en el collage, las instalaciones y la performance su medio natural de expresión artística.

Diría que el motor más potente de mi vida siempre ha sido la curiosidad[/blockquote]

Es el invitado especial de este año en la XIV Bienal de Cuenca, un evento que nos permite abordarlo sobre la inspiración latinoamericana que han tenido sus creaciones.

Siempre me gustó dibujar cuando era un niño, y especialmente me gustaba dibujar caras. Siempre me fascinó cómo unos pocos puntos y líneas podían expresar no solo una fisonomía, sino también sus expresiones. Me parece fascinante algo en esta interacción (la interacción entre una imagen y su espectador, cómo nosotros, como espectadores nos proyectamos en imágenes y objetos).

Julien Bismuth

Julien Bismuth. Foto: Grant Delin

Julien no sabe exactamente cómo ni cuándo se produjo esa primera gran conexión empática con el arte ni cómo sus caminos le extendían una invitación para transitarlos, pero de lo que sí estaba seguro era de conocer bastante bien el nombre que pondría a “su musa”.

Mis diferentes intereses, no solo en el arte, sino también en la ciencia, las humanidades, el lenguaje, siempre han estado interconectados. Diría que el motor más potente de mi vida siempre ha sido la curiosidad.

En el año 2012 presentó en la Galeria Vermelho, de São Paulo, la performance Verbo, con el trabajo curatorial de Julia Rodríguez y un año más tarde exhibió Secret Codes en la Galeria Luisa Strina, de la misma ciudad, con Agustín Pérez Rubio como curador.

Julien Bismuth - Bienal de Cuenca

Pedazos, Julien Bismuth. XIV Bienal de Cuenca.

Ahora Julien tiene la oportunidad de aproximarse a la escena artística de Ecuador, donde presentó Pedazos, una creación sublime que no le fue indiferente a la audiencia de Cuenca:

El trabajo que estoy mostrando consiste en una serie de diez textos, que escribí primero en inglés y que luego se tradujeron al español. Los imprimí con serigrafía en trozos de papel de 66 x 66 cm y los colgué tanto en la exposición como en toda la ciudad de Cuenca. Son obras públicas, pero también son obras enigmáticas. Los textos son en su mayoría bastante cortos, como fragmentos. Puedes leerlos o interpretarlos de diferentes maneras. Eso es lo que intentaba lograr con este trabajo, crear una interacción con el público, pedirles que piensen y cuestionen el trabajo, interpretarlo como quisieran.

Julien Bismuth - Bienal de Cuenca

Pedazos, Julien Bismuth. XIV Bienal de Cuenca

Más allá de su experiencia en Brasil y ahora en Ecuador, Julien reconoce el trabajo de muchos latinoamericanos y la influencia que ellos han tenido en su creación.

Hay varios autores, artistas plásticos y cineastas latinoamericanos que han tenido una gran influencia en mí: desde Lygia Clark, Helio Oiticica y Gabriel Mascaro, de Brasil, hasta Adolfo Bioy Casares, Lisandro Alonso, Lucrecia Martel y Sylvina Ocampo, de Argentina, pasando por Roberto Bolaño, de Chile, y Mario Bellatin y Carlos Reygadas, de México, entre muchos, muchos otros.

Julien Bismuth - Bienal de Cuenca

Pedazos, Julien Bismuth. XIV Bienal de Cuenca

Diré que hay una vena específica de experimentación en el cine latinoamericano actual que me parece increíblemente inspiradora[/blockquote]

Sumamente comedido al momento de emitir un juicio sobre la escena artística latinoamericana, pues su tránsito por esas latitudes de momento se resume a los países mencionados, el artista francés se muestra sumamente entusiasta, en especial de cara a la producción cinematográfica que se ha gestado en el continente.

Solo conozco Brasil y ahora Ecuador, y no puedo pretender tener una perspectiva sobre lo que está sucediendo en el arte latinoamericano. Diré que hay una vena específica de experimentación en el cine latinoamericano actual que me parece increíblemente inspiradora.

Julien Bismuth - Bienal de Cuenca

Pedazos, Julien Bismuth. XIV Bienal de Cuenca

De vuelta a su singular afinidad con el arte brasileño, a la singular relación que establece en su trabajo con respecto a los signos, su decodificación y el poder de la palabra, al momento de identificar en Latinoamérica un talento con el que haya empatizado especialmente, no duda en mencionar al escritor Ferreira Gullar y su relación artística con Oiticica.

Tuve el placer de conocer al poeta brasileño Ferreira Gullar en dos ocasiones antes de su muerte. Parte de su trabajo ha tenido un impacto significativo en mí. Pero lo que más me inspiró fue escucharlo hablar sobre sus interacciones y colaboraciones con artistas como Helio Oiticica. Era una ventana a otra época, otra lógica de la creación artística profundamente enraizada en la experimentación y el pensamiento crítico. Creo que es una de las tareas más urgentes de nuestro tiempo, reconectar no con la estética de las vanguardias anteriores, sino con su audacia, rigor y curiosidad.

Julien Bismuth - Bienal de Cuenca

Pedazos, Julien Bismuth. XIV Bienal de Cuenca

A futuro, Julien tiene compromisos expositivos en instituciones europeas, como la Galerie Emmanuel Layr en Viena y la Fundación Nomas en Roma, donde llevará en septiembre del 2019 una exhibición que surge como el resultado de su gran interés en el grupo indígena brasileño llamado Pirahã; en su idioma y su singular forma de vida.

Al principio me atrajeron los Pirahã después de leer acerca de su idioma, que se puede hablar, pero también silbar y canturrear. Es un lenguaje tonal, por lo que sus palabras pueden traducirse básicamente en un tipo de música, como una melodía. Cuando conocí a Marco Antonio Gonçalves, el único antropólogo que había estudiado a los Pirahã, me sorprendió aún más su descripción de su forma de vida. Los pirahã son seminómadas y viven con muy pocos objetos materiales. Su cultura reside esencialmente en su idioma, y ​​en sus canciones e historias, mitos y visiones.

Julien tuvo la oportunidad de aproximarse a los Pirahã gracias a la mediación de Gonçalves en dos oportunidades, en el 2016 y el 2017.

No estoy seguro de que se pueda definir a Latinoamérica. Parece demasiado inherente y fundamentalmente plural y diversa[/blockquote]

De esta fascinante experiencia surgió un proyecto artístico que será estructurado en una conversación que se divide en tres vías, en la que los actantes son los indígenas, el antropólogo y el artista.

Los Pirahã representan una sociedad cuyo modo de vida es completamente opuesto al nuestro, y probablemente no ha cambiado en siglos o incluso milenios. Parece cada vez más importante hablar de tales culturas, no solo en su defensa, sino también trabajar para comunicar y transmitir la riqueza, la complejidad y la belleza de sus formas de vivir, pensar y hablar.

Pirahã Julien Bismuth

Pirahãs. Foto: Julien Bismuth

Al tratar de resumir a América Latina en una sola frase, la reflexión de Julien fue colosal, como la multiplicidad de rasgos que definen el ser latinoamericano:

No estoy seguro de que se pueda definir a Latinoamérica. Parece demasiado inherente y fundamentalmente plural y diversa. Tal vez esa es su definición: una cultura demasiado plural, demasiado diversa, para diferenciarse o para ser definida.