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Bernardo Mazzei: “El aluminio: ligero y reciclable ad infinitum”

En el universo del arquitecto venezolano Bernardo Mazzei se conjugan la destreza…

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Bernardo Mazzei. Foto: Adrián Pujol
Bernardo Mazzei. Foto: Adrián Pujol
Bernardo Mazzei. Foto: Adrián Pujol

Bernardo Mazzei. Foto: Adrián Pujol

En el universo del arquitecto venezolano Bernardo Mazzei se conjugan la destreza de quien pasara horas de la infancia jugando y construyendo con el popular Meccano y la experticia de quien se preparó con creces en las destrezas de la arquitectura, el interiorismo y el paisajismo. La experiencia de Mazzei habla por sí sola y se refleja en sus piezas, aquí la razón: antes de dedicarse al diseño y construcción de mobiliario, Bernardo Mazzei hizo carrera en reconocidas marcas de la industria relojera, diseñando para las firmas Swatch, Omega, Tissot y Longines. Con esta singularidad laboral comienza el Profile de esta semana.

Cuando le preguntamos por su experiencia dentro del mundo de la relojería nos dijo lo siguiente: “Mucho antes de estudiar Arquitectura me di cuenta de mi habilidad para el dibujo a mano y técnico. En la industria relojera los planos tienen que ser muy rigurosos en precisión y exactitud. Mi proyecto de muebles seguramente heredó un poco de estas experiencias en casas renombradas por su calidad y estándares. El metal bruñido a mano con tornillos de las estructuras de mis muebles recuerda un poco los relojes y hasta el uso del cuero puede analogarse a propósito de las correas en ellos”. Sus piezas son, en cierto modo, un homenaje a sus padres, pues su madre, Lilietta Osorio, fue profesora de Historia del Mueble en el Centro Artístico Villasmil y su padre, Francisco (Pancho) Mazzei, Ingeniero vial: “La memoria de ellos está muy presente en lo que hago. Ahora, después de unos años de haber emprendido el proyecto mobiliario, soy más consciente de esa idea después de haber entendido, en una epifanía, que terminé haciendo  una mezcla de cada uno, entre muchas cosas, me enseñaron a amar: mi madre los muebles, mi padre los puentes y sus estructuras metálicas. Mi mamá siempre terminaba contando relatos fascinantes del porqué de la silla Klismos, la absoluta maravilla estilizada de los muebles funerarios de Tutankamón,  o la influencia europea mezclada con lo autóctono en el mueble colonial venezolano, por ejemplo. Mi padre siempre hablaba de las estructuras metálicas de los puentes y de la comprensión sobre todo del río y su pulso natural de crecidas”.

Ture Anauco, en verde limón ácido. Foto: Francisco Mazzei Boulton

Ture Anauco, en verde limón ácido. Foto: Francisco Mazzei Boulton

Quienes apreciamos el trabajo de Mazzei, sabemos que el aluminio reina entre sus exquisitas piezas mobiliarias. Con la soltura que otorga la experiencia, el arquitecto venezolano blasona: “Siempre he sentido una enorme simpatía y empatía por este metal, y creo que se deriva, sobretodo, del hecho de haber amado los aviones desde que tengo consciencia de ellos. Si hay algún material que defina para mí lo contemporáneo, el aluminio llena todas las características. Ligero, reciclable ad infinitum, su superficie es tratable en diversos modos, se puede colorear y posee una luz espectral y maleabilidad similar a la plata y con la nobleza de la madera. Desde mis primeras estructuras, como la poltrona Araya, los perfiles del aluminio demostraron adaptarse muy bien a mis ideas, tener la resistencia adecuada tanto para solicitaciones de uso, confortabilidad y fines estéticos y, además, una permanencia excelente a la intemperie. (…) Para más inri, Venezuela tiene bauxita en Guayana, materia prima del aluminio, y produce una discreta variedad de perfiles que un día a finales de los 90, entrando a un galpón en Caracas lleno de ellos, se me metió “la pulce nel orecchio” como dicen en Toscana, es decir la idea de hacer algo con estos perfiles, que se ofrecían ante mí en todas sus formas extruidas”.

Poltrona Avila y cojines accesorios. Foto: Ary Diesendruck, São Paulo

Poltrona Avila y cojines accesorios. Foto: Ary Diesendruck, São Paulo

Sus muebles se desplazan con gracia entre los conceptos del diseño industrial y unas genuinas obras de arte. Mazzei se ha encargado de convertir lo que muchos consideran un simple objeto doméstico en verdaderas piezas de colección: “Creo simplemente que lo que uno hace con amor y pasión, pule y trabaja con las manos, tiene altas probabilidades de ser “arte”, “artesanía”. Los objetos que se desprenden de nuestras manos, concebidos con esos ingredientes quedan impresos de por vida con un aura especial. (…) Por los “simples objetos domésticos” siento un enorme respeto, de ahí me inspiro generalmente y salen mis ideas para entonces concretarlas en piezas de mueble, que para mi asombro y felicidad, son consideradas por muchos expertos como “obras de arte”. El trabajo de Mazzei se ve claramente influenciado por la estética y los ideales de La Bauhaus. Al respecto, Mazzei nos dijo: “Creo que mi trabajo está imbuido de la filosofía bauhausiana en cuanto hace uso de perfiles extruídos en aluminio Uno de los principios fundamentales de esta escuela es hacer uso, sin mayor ornamento, de lo que la industria  ofrece y crear tanto arquitectura como  objetos de uso cotidiano, (muebles y lámparas principalmente) a partir de perfiles metálicos y materiales industriales disponibles, que fueran válidos en cuanto a estética y funcionales al extremo. Mis muebles, a pesar de que los considero muy venezolanos, tienen ese toque universal de estar hechos de un perfil que se encuentra en todo el planeta”.

Estoy devolviéndole a mi tierra, en forma de ofrenda a sus ancestros y a las materias primas que le arrancamos, piezas cuya belleza celebre esa herencia tanto local como universal que nos caracteriza como nación caribeña, amazónica y multicultural”[/blockquote]

Sin duda alguna, los muebles de Bernardo Mazzei cuentan y cantan una historia. De hecho, su pieza Ture Anauco Aalto fue seleccionada por el Museum of Arts & Design de Nueva York por ser la representación moderna del pasado indígena: “Siempre he buscado las raíces en los muebles que pienso y hago. El Ture, o butaca Anauco Aalto, es la reinterpretación contemporánea en estructura de aluminio de nuestro querido y entrañable ture cumanagoto, un asiento de síntesis gráfica extraordinaria originalmente hecho en palos de madera con asiento y espaldar inclinados simultáneamente como tijeras, con cuero de suela. Es altamente probable que los curadores hayan escogido el ture como representación de lo contemporáneo con raíces en lo autóctono indígena, puesto que habla de una herencia importante y de formas arquetipales muy fuertes”.

Ture Anauco Aalto. Foto: Francisco Mazzei Boulton

Ture Anauco Aalto. Foto: Francisco Mazzei Boulton

En relación al proceso creativo de sus obras, Mazzei ilustró brevemente sus diferentes etapas para LUSTER: “Es bastante simple, si tengo una idea, la dibujo a mano. Luego escojo la mejor forma dibujada, la que considero tiene mejores proporciones para posteriormente comenzar a realizar el prototipo cortando, perforando y puliendo los perfiles y las ideas recogidas en el sketch. Probablemente la parte más divertida es la de los bosquejos, luego comienza la expectativa por ver realizado lo pensado y dibujado en el papel. Es un proceso que considero muy placentero, aunque al construir un prototipo por primera vez siempre te tropiezas con sorpresas, las mariposas en el estómago se asoman. Pero es inigualable”.

Para concluir este breve encuentro entre Mazzei y LUSTER, el arquitecto venezolano habló más sobre su última pieza y su agenda cultural para los próximos meses: “El banco Amazonas, que considero la  mejor lograda hasta ahora (febrero 2016), es mi homenaje al banco del chamán o “mereñuwa” Piaroa, que tiene asiento de forma cóncava y patas tipo trineo a veces en forma de animal. Hecho en aluminio, materia amazónica por excelencia símbolo de la extracción industrial de la bauxita y tejido en cuero que es una materia ancestral y noble, no sólo de nuestros indígenas sino de la historia del hombre. El casamiento entre el aluminio y el cuero en una superficie cóncava tejida, sobre patas pulidas en barras del mismo metal le dan un aspecto de ultramodernidad, y que al mismo tiempo la hace atemporal. Actualmente exhibo mi última pieza en Caracas en la exposición AMAZONÍA arte y diseño, en la Galería CAF de Altamira, hasta fines de mayo 2016.  25 artistas de cinco países amazónicos. Maravilloso montaje de las tres curadoras Provenzali, Liprandi y Morales”.

Banco Amazonas. Foto: Adrián Pujol

Banco Amazonas. Foto: Adrián Pujol

Ya para despedirse, Mazzei cerró con una breve pero poderosa reflexión sobre el acontecer del diseño en Venezuela y la relación con su trabajo: “El nuevo imaginario nacional está naciendo con una generación muy talentosa de venezolanos de vanguardia. A pesar de maravillosos esfuerzos, que los hay, faltan políticas para un ejercicio coherente en muchas cosas y el diseño industrial no escapa a esto. Yo, por mi parte, estoy devolviéndole a mi tierra, en forma de ofrenda a sus ancestros y a las materias primas que le arrancamos, piezas cuya belleza celebre esa herencia tanto local como universal que nos caracteriza como nación caribeña, amazónica y multicultural”.

   Correo electrónico:  bemazz57@gmail.com