Balance del SIHH 2016: retrofuturo en acción
Old School rules. La vieja escuela manda. En las vitrinas del Salon…
Old School rules. La vieja escuela manda. En las vitrinas del Salon International de la Haute Horlogerie imperaron la perfección de la mecánica tradicional y los valores de la relojería suiza. Una combinación que, unida a la maestría en los oficios artísticos y la exaltación del ADN de cada manufactura, produjo piezas casi retrofuturistas, como escapadas de un catálogo de finales del siglo XIX y principios del XX.
Por ejemplo Piaget, una maison joyera y relojera, hurgó en su savoir faire de mecanismos ultraplanos y presentó el Emperador Coussin XL 700P, en edición limitada a 118 ejemplares. Este reloj no sólo presenta un mecanismo ultraplano, sino que contiene un movimiento mecánico con un regulador de cuarzo, lo que significa que es resistente a los campos electromagnéticos y la gravedad, además de ser altamente preciso.
Otro tanto más hizo Vacheron Constantin que trajo el glamour de los años 50 y los 30 con los Patrimony y los Overseas. La colección Patrimony estrena brazalete de oro en su versión de 40mm y los Overseas mantienen los cánones de elegancia infomal de hace 80 años con esferas redondas que encajan con biseles estilo hexágono.
Pero también hubo la reedición de íconos nacidos hace 85 y 80 años como el Reverso de Jaeger-LeCoultre y el Pilot de IWC, con detalles y materiales que los trajeron de vuelta al presente y convertirlos en objetos de colección.
Audemars Piguet retomó su Royal Oak y lo revistió en oro amarillo, pero como las complejidades mecánicas y la innovación no pueden quedar de lado en el mundo de la alta relojería tradicional, el Royal Oak también se dotó de un mecanismo avanzado para producir las maravillosas melodías de la función de repetición de minutos en una forma más limpia.
El Swiss Alp de H. Moser & Cie. está inspirado en el Apple Smartwatch (la forma rectangular con ángulos redondeados) pero promete una sola aplicación (la hora) sin actualización y más exclusividad (50 ejemplares). Es su manera de volver a las raíces de la relojería tradicional en pleno boom de los smartwatches.
También asombrosas resultaron HYT y MB&F, firmas nuevas nacidas bajo la idea de dar una lectura excepcional y única de las horas, la primera con su propuesta hidromecánica y la segunda ultravanguardista. Pero esta vez, estos “rebeldes” decidieron presentar un modelo con una apariencia más tradicional.
HYT diseñó el H2 Tradition con un aspecto quizá convencional (en el estricto sentido relojero). De titanio y oro y de caja redonda, muestra las horas retrógradas con (como todos los relojes vanguardistas de HYT) el desplazamiento de un fluido.
MB&F también presentó su fórmula de un reloj convencional desde su punto de vista, aunque claro parece más bien una pieza retrofuturista, el Legacy Machine 101. Inspirado en el ambiente de finales del siglo XIX, este Legacy Machine 101 continúa la colección Legacy Machine iniciada hace dos años, pero esta vez con un diámetro de 40mm y el volante y el muelle expuestos en la esfera.
El Dream Watch 5 Meteorite de De Bethune también parece sacado de un libro de H.G. Wells. Es como una nave espacial de meteorito azul con horas saltantes, minutos y fases lunares.
Más apegado a los cánones de hace más de un siglo, pero también muy exclusivo es el Villeret Tourbillon Cylindrique Transatlantic de Montblanc, un reloj de bolsillo de una edición limitada a ocho ejemplares y creado para conmemorar los 110 años de la firma. Con triple zona horaria y tiempo universal, está inspirado en la era dorada de la navegación de pasajeros cuando los grandes barcos competían por conseguir el mejor desempeño al cruzar el Atlántico. Su creación involucró el uso de las artes artísticas heredadas por la relojería: grabado, esmalte y micropintura.
Un abanico para recordar y tener siempre a la mano los buenos tiempos.